5 de diciembre de 2013

La Vara de la Libertad, en Pitillas



A veces es necesario dejar el pudor a un lado y expresar sentimientos propios y hasta íntimos. Después de la visita a Pitillas (Navarra), el pasado sábado, 30 de noviembre, es el momento de hacerlo.
Sabía que iba a ser muy emocionante porque Pitillas, en relación con la historia que narra La Vara de la Libertad era, es fundamental. Había estado, como dije, siempre presente mientras escribía. Antes de ese sábado de la presentación en el Centro Cívico, sólo una vez había estado allí, pero las fotos y la película que hizo mi hija bailaban, iban y venían por el fondo de la pantalla del ordenador, haciéndome minimizar el documento sobre el que se iban fijando las palabras para contemplar las imágenes. La gran plaza, las casonas ricas, las casas menos ricas, el ahora Casino y otrora escuela de los recuerdos –malos y buenos- de Valentín y José Antonio Cabrero. Y, muy especialmente, la casa de donde Antonio salió para no volver jamás, seguido por la mirada de niño convertido ya en hombre a la fuerza, de aquel niño llamado Valentín, que iba dejando paso a otro niño, su nieto, Omar, allí, también en la portada de La Vara, recordando al bisabuelo.
Y fue muy emocionante, mucho. El salón estaba lleno, todas las caras eran amigas, estaban allí porque ellos sabían mucho de la historia narrada en La Vara de la Libertad, era parte de su propia historia, bien vivida directamente, bien escuchada a sus mayores.
Ander Cabrero hizo la presentación con el recuerdo de sus abuelos Antonio y Juliana siempre presente y después, desde un rincón del salón, unas voces comenzaron a cantar la jota pitillesa que da nombre a la novela y al blog dedicado a la memoria de Antonio Cabrero. La cantaban Espe Medina Angulo, Jesús Bravo Arizpeleta y Elena Izko Ongai. La había escuchado muchas veces, nunca en directo, allí mismo, junto a nosotros. No hace falta decir más. Las lágrimas se instalaron en todos los ojos, no sólo en los míos. Esa jota había sido escuchada por primera vez setenta y siete años atrás, cuando Antonio tomaba en sus manos la vara de alcalde. Curiosamente –o no tanto- la letra, ligeramente modificada, desaparecida la palabra “libertad” de ella, se cantaba en algunos pueblos de la Sierra de la Alcarama años después, cuando se reunían los jovenes para celebraciones.

Maite Zalacaín, la compañera de Ander, quien ha sostenido siempre en sus manos otra vara simbólica, la de la lucha de la mujer, no tanto en aquella maldita contienda, como después de ella, de la que la abuela Juliana salió adelante “con la cabeza alta”, “mujer de mente abierta y sabia en el caminar de la vida, transmitió con fuerza la necesidad del no olvido”.
También estuvo en la mesa Maite López Flamarique, periodista, profesora de la Universidad Pública de Navarra quien puso la nota más precisa sobre la publicación que presentábamos, no exenta, como todos, de una gran emoción.
Y la nota musical, además de la interpretación de la jota pitillesa, la puso el cantautor navarro Fermín Balentzia y su guitarra con dos canciones hermosísimas y duras a la vez: “Si subes al Alto Loiti” y “Maravillas”. La última en homenaje a la niña de 14 años, Maravillas Lamberto, asesinada en aquellos terribles tiempos que pretenden que olvidemos.

Una mañana que quedará grabada para siempre, arropada por hijos y nietos, por los amigos incondicionales de Sarnago, gracias a la familia Carrascosa, José Mari, Elena, María, a Jesús Catalán. Gracias a quienes nos acompañaron con la jota, con las canciones, a Maite López, a la familia Medrano y, sobre todo, a los pitilleses que hicieron posible un acto tan hermoso como reivindicativo.
Toda la información sobre el acto y sobre todo lo relacionado con Antonio Cabrero en http://lavaradelalibertad.blogspot.com.es




27 de octubre de 2013

La Vara de la Libertad en Tudela


Tudela 18/10/2013 19:30 Centro cívico Lestonnac

Desde la Sierra de la Alcarama hasta Tudela”

Presentación de la novela “La Vara de la Libertad”

Novela basada en hechos reales. Narra los últimos 40 días de un maestro de Fitero, Valentín Llorente y el alcalde de Pitillas, Antonio Cabrero en el verano de 1936. Los hechos ocurren en la Sierra de la Alcarama, entre los pueblos de Acrijos y Fuentebella, hoy deshabitados

Organizado por la Asociación de Amigos de Sarnago, con la asistencia de cerca de 80 personas contamos con la presencia de la autora Isabel Goig y con Ander Cabrero nieto del que fuera alcalde de Pitillas.

El presidente de la asociación, José Mari Carrascosa, presentó el acto. Dio las gracias a los  asistentes y en especial a los componentes de la mesa. Habló de la larga trayectoria de la escritora, con más de 20 publicaciones, siendo en la actualidad un referente de la cultura soriana. Comentó, lo que a su juicio era esta historia, muy dura pero escrita con gran sentimiento, con mucho respeto y sin rencor. Seguidamente se proyectó un video del homenaje que se hizo a los dos protagonistas en 2010 en la sierra de la Alcarama donde Paco Marín interpreta la jota “la Vara de la Libertad”.

   En el turno de palabra de la autora comentó sobre cómo surgió esta novela, la foto de la portada, el título, los lugares recorridos, etc..La historia se la pasaron los nietos de Antonio Cabrero y después de darle muchas vueltas acabó metiéndose en esta empresa.

Ander hizo un repaso de la historia de su abuelo y de todos los pasos que llevaban dando con el fin de saber toda la verdad y poder recuperar los restos de los dos fusilados (después de varios intentos, hasta la fecha ha sido imposible)

Como broche final, y antes de que la autora firmase ejemplares, se exhibió otro pequeño video con fotos de la sierra realizado por Félix E. en febrero de 2013.


21 de septiembre de 2013

La Vara de la Libertad

Los protagonistas de esta historia son Antonio Cabrero Santamaría y Valentín Llorente Benito. El primero, nacido en Ponzano (Huesca), vivió durante años en Pitillas (Navarra), donde, los últimos meses antes de que diera comienzo la Guerra Civil, ejerció la labor de alcalde sosteniendo con dignidad la Vara de la Libertad. Valentín había nacido en Valdemadera, residía en Igea (ambas localidades de La Rioja), y ejercía de maestro en Fitero (Navarra). El último mes y medio de la vida de ambos lo vivieron juntos, en la Sierra de la Alcarama, hasta que, el día 3 de septiembre de 1936, fueron asesinados en esa misma sierra que les había acogido. Hasta el día de hoy sus restos no han podido ser recuperados. Hace tres años, las familias colocaron, en la Sierra de la Alcarama, en un lugar próximo a donde sucedieron los hechos, un monolito al que pertenece la foto de arriba. En esta novela se narra una parte de la historia de los dos protagonistas, en proporción no mensurada entre ficción y realidad, aunque hasta la ficción está basada en hechos reales. A veces su lectura puede resultar dura, pero no tanto como los hechos que padecieron. Sucesos que, por otro lado, y sólo para Soria, sufrieron cientos de personas.
La Vara de la Libertad haciendo camino





















25 de julio de 2013

Recuperados siete cuerpos en Barcones



 

Durante tres días, del 19 al 21 de julio, se ha tratado de exhumar los restos de los diez sorianos fusilados en Barcones. Ha sido un largo tiempo de investigación y viajes hasta llegar a ese día del mes de julio. Parecía que, por fin, se iban a exhumar los diez cuerpos. Finalmente sólo han sido siete, los seis de la comarca de San Esteban y otro más, aislado, cuya filiación se desconoce, hasta que el profesor Francisco Etxebarría y su equipo le pongan nombre y apellidos.

La satisfacción supera, con creces, la decepción. Se han recuperado los restos de Juan Pablo Rica Gutiérrez, Máximo Redondo García, Juan Ballano Pérez, Cándido Muyo Arranz, Bernabé Esteban Benito, y Mariano González Carracedo. Emoción, sólo emoción. En contra de la opinión de personas que se niegan a que se revuelva el pasado, nadie quiere revanchas, nadie grita consignas. El pasado no se revuelve porque no es pasado todavía. Los hechos terribles, en este caso los ocurridos el 14 de agosto de 1936, han convivido con los familiares y han llegado, intactos, al presente.

No se trata, como muchos hemos dicho tantas veces, de cicatrizar heridas y de cerrar una etapa, o al menos no solamente de eso. Se trata, simple y llanamente, de hacer justicia. Que se sepa, a la vista de los cuerpos, que eso sucedió realmente y que aconteció en la retaguardia, sin juicios, con nocturnidad. Se trata de que los familiares lleven sus restos al lugar que deseen, junto a sus familiares. Sólo son huesos, sí, pero huesos que dicen y explican la barbaridad.

No estuve, pero me han contado (Magdalena Alonso Muyo entre otros), de la emoción, de la generosidad, de la solidaridad de todos los que acudieron a Barcones para colaborar, apoyar o, como en el caso de los familiares, mirar con esperanza para tratar de distinguir quién es su familiar.

Para fechas no lejanas queda la vuelta. Es necesario encontrar a los cuatro anarquistas sorianos: Arsenio Martínez García, Fermín González Ruiz, Antonio Lafuente Galán y Tomás Cué Ortiz. Volver al “Colmenar de la tía Leonor”, lugar ya para la historia de los familiares y de la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad.


No fue fácil en Fuentebella. De nuevo la decepción para la familia de Antonio Cabrero Santamaría, cuyos restos yacen, junto a los de Valentín Llorente Benito, en un lugar aún ignoto de la Sierra de la Alcarama, entre los barrancos Pertigoso y Moscares. Lo dificultoso del acceso (una se pregunta cómo pudieron bajar hasta allí, de noche), el intento en su día de repoblación forestal, el silencio de los vecinos que abandonaron el pueblo antes que ningún otro de la Alcarama, y la elevada edad de quienes todavía podrían indicar el lugar exacto, hace que, un intento tras otro, los familiares no logren su objetivo.

Desde estas líneas agradecer, una vez más, el trabajo desinteresado del profesor Francisco Etxebarría Gabilondo y su equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que preside.

Blog Los 10 de Barcones y La Vara de la Libertad
Blog La Vara de la Libertad
 

29 de mayo de 2013

Barcones 25 de Mayo 2013. Los encontramos


Sábado 25 de mayo de 2013
Acudimos 4 voluntarios del equipo tres miembros de la Asociación, la Alcaldesa de Barcones, el teniente alcalde, cuatro o cinco personas más del pueblo y un familiar de Arsenio Martínez con un amigo
Quedamos a las 9 y media de la mañana en Barcones.
Nos dirigimos en primer lugar a uno de los dos prados donde podían estar las fosas. Hacemos dos catas perpendiculares a la elevación donde un barconense afirmó que se encontraban.
La aparición de una pesa de plomo del tamaño de una moneda de 5 pesetas por parte de un técnico de Aranzadi alertó de que los 6 de San Esteban podían estar en la otra finca. La que está nada más bajar el camino. La de siempre, “la del colmenar”.
La pesa se usaba en tiempos colocada en las esquinas inferiores delanteras de las chaquetas para estirar la ropa que no podía plancharse. Uno de los seis de San Esteban, el Concejal de Cultura Juan Pablo Rica, era sastre. Abandonamos la primera finca y empezamos a hacer la cata cerca del lugar de aparición del plomo.
 
Hicimos una tirada desde la zona donde encontramos el objeto, con especial atención en la zona donde había dos piedras señalando claramente algo, que posteriormente recordé que servirían para diferenciar la división entre la finca que pertenece a dos familias.
Revisamos la roca junto al colmenar buscando casquillos o evidencias de fusilamiento sin concluir nada claro.
Las catas eran de algo más de un metro, donde se situaba el nivel freático y el agua inundaba la base.
Pablo, el Teniente Alcalde, bajó con sus padres. Antes Pablo limitaba la fosa más arriba de la primera cata. En torno a la esquina del colmenar o bien a la derecha del camino si miramos desde abajo. Su madre tenía MUY CLARO, porque su suegro así lo afirmaba cuando bajaban las ovejas juntos, que estaban a la derecha del camino (siempre mirando desde abajo) al lado opuesto al colmenar. Junto a un gran espino.
Eran más de las 3 y media y un grupo fuimos a comer y a localizar a un hombre que había venido a trabajar al pueblo que tenía una máquina mayor, ideal para derribar la maleza.
El hombre resultó ser Luis, el maquinista de Caltojar que intervino en la búsqueda de Quirico Esteban. Y tras negociar con quien lo había contratado “nos lo dejó” una hora
Mientras tanto, Matías Bonilla Pérez, de 86 años acudía a Valdevelaza y daba una ubicación bastante exacta de donde debían estar enterrados los 10. Dice que lo vio de niño escondido en unos riscos.
Aparecieron los primeros restos: un fémur un humero y una mandíbula.
 
Posteriormente se delimitó la fosa, dejando la de los 6 de San Esteban para otro día sabiendo con seguridad que tenía que estar al lado.
Mientras se limpiaban los alrededores de la fosa volvió Matías quien poco después narraba el fusilamiento con ametralladora de las 11(según él) personas. Enterradas posteriormente en dos fosas de 5 y 6.
En sus declaraciones afirmó que les dispararon con una ametralladora desde arriba a las 2 o las 3 de la tarde [del 14 de agosto del 36]. Vinieron más de 20 personas. Una de las víctimas salió corriendo y a unos 30 metros “lo segó la ametralladora”.
Uno de ellos le intentó dar un reloj al cura para que se lo entregara a su mujer, pero el sacerdote declinó cogerlo porque no se podía hacer cargo de llevarlo a cabo.
A la pregunta de por qué los pudieron enterrar allí, responde que no lo sabe, que sería porque está escondido, era fácil de cavar y estaba al lado de la carretera.
Afirma que un “capitán, o general...” les dio el tiro de gracia con un pistolón. Eran falangistas, guardias civiles..”
Obligaron a dos del pueblo a cavar las tumbas.
Cuando el equipo de voluntarios de Aranzadi fije una fecha se exhumarán ambas fosas. Hay que tener en cuenta que vienen voluntariamente y, en estas ocasiones, no se puede “obligar” a nadie a acudir un día determinado a hacer un trabajo que no va a cobrar y habrá que esperar a que fijen una fecha.
Desde la Asociación debemos recaudar fondos para los gastos inevitables de comida, alojamiento, pruebas genéticas…
Después de 5 años de investigación y casi 77 de espera los hemos encontrado y van a volver a casa.
Matías Bonilla Pérez señala la ubicación de la segunda fosa

Blog Los 10 de Barcones y La Vara de la Libertad
Blog La Vara de la Libertad