5 de noviembre de 2007

El asesinato de Lorca y la “Genealogía de los rojos”

Tres meses después de su publicación, me han enviado una fotocopia de la página nº 49 del periódico La Razón, de fecha lunes, 4 de junio de 2007. Se trata de un artículo de Víctor Fernández titulado “La carta que cuenta el asesinato de Lorca”.


En ella aparecen tres personajes, dos de ellos intelectuales durante la era franquista a quienes no les suponía tamaño componente fascista: Gregorio Marañón, médico y escritor y Melchor Fernández Almagro, ensayista y académico. El tercero, Manuel Luna Pérez, perito, tío de Antonio Luna, miembro de la tertulia de García Loca en el Café Alameda, de Granada. Secundarios.


He dudado entre las comillas o la negrita para resaltar los párrafos de la carta que dirige Manuel Luna a Melchor Fernández Almagro, llamándole “Muy señor mío y correligionario”. He optado por lo primero, ya que la negrita convertiría en algo vomitivo unos comentarios tan terribles y asesinos –en toda su literalidad- como los que se usaron en la misiva.
En ella le explica Luna a Fernández Almagro, que al encontrarse con el doctor Marañón, en París, éste sacó del bolsillo un artículo de La Vanguardia donde Fernández Almagro había escrito “Genealogía de los rojos” y a él, a Luna, le había “entusiasmado”, y a Marañón “le había gustado muchísimo y le servirá de base y argumento para un trabajo suyo de los que envía a La Nación de Buenos Aires. Agregó que tiene usted toda la razón, que todos los izquierdistas de España han sido siempre unos criminales sedientos de sangre y no otra cosa, que el liberalismo, el republicanismo, el socialismo y el acratismo en España no han tenido jamás una sola figura y sólo tontos explotables y bandidos explotadores, sin que haya habido entre ellos, desde los Comuneros a Negrín, nadie digno de respeto o siquiera mención. Le repito que estaba entusiasmado con su artículo de V. y creo recordar que me dijo que había hablado de él con Lequerica y que éste fue de opinión de que debía ser reproducido por la prensa madrileña”.


Después de la parrafada se presenta a Fernández Almagro (“V. quizá no se acuerde de mí, soy Manuel Luna…”), y el tal elemento continúa: “En Granada me he distinguido bastante. Fui de los que asistieron, en una madrugada de agosto, al fusilamiento, en el cementerio, ante las fosas abiertas, de setenta rojos, todos ellos bandidos, asesinos, criminales, violadores, incendiarios… Y gozé mucho, muchísimo, porque se lo merecían. Entre ellos estaban el presidente de la Diputación roja Virgilio Castilla, el ex gobernador rojo de Alicante Vicente Almagro, el alcalde rojo de Granada Montesinos, el ingeniero de caminos y exdiputado constituyente Santacruz, el exalcalde de Granada Fajardo, el diputado Corro y otros más, médicos, catedráticos, abogados, ingenieros, procuradores, etc. Hicimos una buena limpia. Algunos días después cogimos al gran canalla de García Lorca –el peor de todos- y lo fusilamos en la Vega, junto a una acequia. ¡Qué cara ponía! Abrazaba los brazos al cielo. Pedía clemencia. ¡Cómo nos reíamos viendo sus gestos y sus muecas! Pertenecía a la ronda depuradora de Ruiz Alonso. Pero como le digo tuve que irme por asuntos particulares a Zaragoza y después a Oviedo. En ambas poblaciones ayudé también a la depuración. En Oviedo pasé también un rato muy agradable viendo fusilar al miserable de Leopoldo Alas Argüelles, el hijo del repugnante Clarín. Ahora estoy en París y me río mucho viendo el miedo que tiene esta canalla francesa a los alemanes e italianos. ¡Qué diferencia entre nuestra gloriosa España nacionalista y esta Francia corrompida, podrida hasta los tuétanos! Por algo dice Marañón que aquí se ahoga y que está deseando verse en Madrid lo más cerca posible del Caudillo…”.


En este artículo de Víctor Fernández hay dos temas que, si bien relacionados, son terribles cada uno en sí mismo. La descripción de los asesinatos de personas de izquierdas por el hecho de serlo, entre ellas García Lorca, y el artículo de Fernández Almagro “Genealogía de los rojos”. Del primero está reproducida, íntegramente, la carta de Luna. El segundo apareció el día 6 de mayo de 1939 en “La Vanguardia”, según Víctor Fernández.


Para algunos, parapetados en los acuerdos tácitos de la Sagrada Transición, deberíamos olvidarnos de estas cosas de una vez, como si hubieran sucedido en tiempos de Pipino el Breve.


Yo, celebro que se publiquen, y celebro todavía más que hay sido un periódico como La Razón el que lo haga. Si ellos lo dicen qué no podrán decir otros. Que lo digan de una vez.

2 comentarios:

Isabel Goig dijo...

Manuel de Soria dijo...
Qué más se puede decir. El que quiera entender que entienda. Todavía hay quienes prefieren el alzheimer colectivo a la memoria. Sin odios y sin revanchas, pero el pueblo que olvida su memoria es un pueblo muerto.


Miguel Maderuelo Ortiz dijo...
Los personajes que aquí aparecen se retratan a sí mismos. No es de extrañar que con gente de semejante calaña pasara lo que pasó.


Anónimo dijo...
¡Dios mío! Cuantas cosas no sabemos, cuantas han quedado ocultas, cómo vamos a olvidar, pero ni siquiera perdonar, si nadie nos ha pedido perdón.
Este comentario lo hace mi abuela, que perdio a su marido en la guerra, tiene 93 años y se llama Asunción Gallego, es de Guadalajara. Le he leido su comentario sobre Lorca porque a ella siempre le ha gustado mucho todavia conserva un libro de Federico, Bodas de Sangre, y mientras leía lo que usted ha escrito pues seguimos su pagina, ella lloraba, todavia no ha podido superar lo de su marido.
Muchas gracias
Asun


Anónimo dijo...
Ellos bien enterrados que tienen a todos sus muertos, y bien jubilados, y bien colocados los herederos. Por cierto, dónde está la familia de Jiménez de Parga, podrías escribir algo de él, ya sabemos quien fue primero y después.


entramorríos dijo...
Permíteme, querida Isabel, que hoy rece por Manuel Luna Pérez, que tanto disfrutó viendo el sufrimiento de los "rojos". Permíteme que hoy rece por él y por ellos, porque realmente necesitan que nosotros, los no creyentes, hoy recemos por ellos. es una manera de arrancarme el asco, la pena y la rabia.

Anónimo dijo...

Hola amigos, estaria interesado en conocer el paradero de la tumba de Manuel Luna Pérez, perito y asesino de Lorca y de otros tantos, como el mismo reconoce, para trabajo de periodismo e investigación. No dispongo de una sola referencia.
Agradeceria aportación de datos u otros.
enviar info a: xeuanyata@yahoo.es
¿alguien sabe donde se encuentra?
Gracias.
Reciban un cordial saludo.