5 de noviembre de 2007

Escribiendo sin complejos: sobre la Memoria Histórica

“Frente a la verdad, elegida como ineludible compromiso,
la ignorancia comporta un rechazo de responsabilidades”
Verdad y Existencia”. Jean-Paul Sartre
¿Por qué la derecha teme tanto que se recuerde lo que sucedió en este país hace setenta años? Eso ya es historia, ciertamente, pero es necesario recordarlo, dicen que si no se hace, si un pueblo no conoce su historia, está condenado a repetirla.
Por eso, la Ley de la Memoria Histórica, con todas sus carencias, es la más justa que se ha hecho, porque de justicia es que aquellos que sufrieron y murieron, no ya durante la guerra por el golpe de Estado, sino después, por fin, aunque sea de manera simbólica, se vean resarcidos en parte del sufrimiento.
Pero la derecha, que siempre ha tenido a sus muertos bien enterrados, con lápidas en las fachadas de las iglesias, que saben donde llevarles las flores y cantarles los himnos, no quiere que los otros puedan disfrutar de lo mismo, porque aquello que sucedió, según ellos, fue una Cruzada, y los héroes son los suyos.
Creo que la derecha de lo que tiene miedo es de la Transición, la maravillosa Transición, que en lugar de cerrar la herida con antibióticos, lo hizo con el remedio de la abuela, colocando encima hojas sanalotodo, lo que ha hecho que se infecte y supure.
Con la Transición perdieron los de siempre, y eso lo sabe bien la derecha, con Mariano Rajoy al frente, seguido de los fundamentalistas Acebes y Zaplana. Quisieron hacernos creer que unos y otros habían sido muy malos durante los tres años que duró la contienda, queriendo que olvidáramos los más de treinta años de dictadura con sus muertes y depuraciones, con el silencio y la humillación.
En 1975 perdieron los de siempre. Los que habían vivido o exiliados o arrodillados, tuvieron que perdonar, y lo que es peor, sin que nadie les pidiera perdón. Y tuvieron que ver cómo al frente de instituciones de primera categoría, colocaban a un tipo que de jovenzuelo señalaba en Granada a quién había que pasear. Tuvieron que tragar que franquistas de siempre, represores, se sacaran un carnet de demócratas y se presentaran a las elecciones.¿Se puede idear humillación más grande? No ya que nadie entrara en la cárcel, es que no se exigió ninguna responsabilidad, ni pidieron perdón.
La burla continúa, y con la ayuda de la Iglesia, no han dejado de canonizar a mártires de la Cruzada. Este mismo otoño van a beatificar a casi quinientos, entre los que no están los sacerdortes vascos que mató Franco. ¿Es este el espíritu de la Transición del que se le llena la boca a los de derechas?
Voy a pensar por un momento que a los cachorros peperos no les interesa, no quieren la herencia política que les han dejado sus padres, y sólo quieren conservar la económica, o la de poder. Deberían, en este caso, rebelarse, decirles a sus mayores que quieren de verdad la reconciliación. Pero cómo creer esto si en las manifestaciones vemos pancartas primorosas como “Zapatero con tu abuelo”, o “Al paredón”, en el caso de la motivada por los Papeles de Salamanca.
El estilo exige perdonar, la ética exige que se busque y se le de el lugar que le corresponde a la memoria histórica, sin esto no puede haber reconciliación nacional. Las viudas, los hijos y los hermanos de los que yacían, y yacen, en fosas comunes, vieron en la Transición un respiro para poder salir adelante y fueron generosos tratando de olvidar. Pero después llegan otras generaciones ¿también ellos están obligados a olvidar? Creo que la Ley de la Memoria Histórica, con todas su carencias, puede llegar a ser un bálsamo más eficaz que el sanalotodo de la abuela.

1 comentario:

Isabel Goig dijo...

Cary dijo...
Yo no quisiera olvidar nunca. A mi abuelo lo mataron y todavía no sabemos donde llevarle flores.
Gracias

Anónimo dijo...
Ni he perdonado ni he olvidado, he visto sufrir mucho a mi madre y a mi abuela, dice Rajoy que si gana paralizará la ley de la memoria histórica, claro a ellos no les interesa. Gracias por escribir de esto

Manuel de Soria dijo...
Voy a tomar prestado un párrafo del magnífico libro "La Cruzada de 1936" de Alberto Reig Tapia: "Los únicos que pueden sentirse ofendidos son los fascistas (de cualquier signo) y los tontos (...)El olvido nunca será posible si no existe el recuerdo. Sólo seremos capaces de olvidar si no nos olvidamos de recordar." El PP se está equivocando por no romper amarras con el franquismo y la derecha más reaccionaria y casposa. Allá ellos.


Ricardo P. Montes dijo...
Que alguien se pregunte porqué la derecha no se desmarca. Los ultras porque fueron ellos. Los cachorros... Es lo único que puede más en la derecha extrema que el poder, poder, poder, el odio hacia los "otros" que no ha cesado